En el París febril y deslumbrante del Segundo Imperio todo el mundo habla de Naná, la nueva estrella del Teatro de Variedades. Su atractivo es irresistible, su ambición, enorme, pero más allá del brillo de la vida mundana se ocultan también la miseria, el sufrimiento y las tragedias personales. Símbolo de la decadencia de la Francia de su época, Naná es también el prototipo de la mujer fatal y de la cortesana sin escrúpulos sentimentales.
El maquinista Etienne Lantier llega al pueblo minero de Montsou en busca de trabajo. Lleno de indignación ante la miseria que rodea el mundo de las minas, promueve la lucha contra la Compañía alzándose en cabecilla de una protesta que acabará convirtiéndose en un torrente de violencia devastadora. Emile Zola (1840-1902) quiso escribir en %13Germinal%13 una novela social que describiese la lucha del trabajo frente al capital. En ella recoge, de una forma descarnada y negra, ese mundo sombrío y mísero que estalló en las revueltas obreras del último tercio del siglo xix.
En el París del siglo XV, con sus sombrías callejuelas pobladas por desheredados de la fortuna y espíritus atormentados, la gitana Esmeralda, que predice el porvenir y atrae fatalmente a los hombres, es acusada injustamente de la muerte de su amado y condenada al patíbulo. Agradecido por el apoyo que en otro tiempo recibió de ella, Quasimodo, campanero de Nuestra Señora, de fuerza hercúlea y cuya horrible fealdad esconde un corazón sensible, la salva y le da asilo en la catedral. "Nuestra Señora de París" ha dado lugar a numerosos libretos de ópera y a varias versiones cinematográficas.
Cuando son niñas, Cibi, Magda y Livia le prometen a su padre que permanecerán siempre juntas, pase lo que pase. Años más tarde, con solo 15 años, los nazis mandan a Livia a ir a Auschwitz y Cibi, que solo tiene 19 años, hace honor a la promesa y sigue a su hermana, decidida a protegerla o a morir con ella. Allí juntas luchan por sobrevivir. Magda, con 17 años, consigue esconderse por un tiempo, pero finalmente también es capturada y transportada al campo de exterminio. Las tres hermanas se reencontrarán en Auschwitz-Birkenau y allí, árecordando a su padre, se hacen una nueva promesa, esta vez las unas a la otras: sobrevivirán.
Guerra y paz es un clásico de la literatura universal. Tolstói es, con Dostoievski, el autor más grande que ha dado la literatura rusa. Guerra y paz se ha traducido pocas veces al español y la edición que presentamos es la mejor traducida y mejor anotada. Reeditamos aquí en un formato más grande y legible la traducción de Lydia Kúper, la única traducción auténtica y magistral del ruso que existe en el mercado español. La traducción de Laín Entralgo se publicó hace más de treinta años y presenta deficiencias de traducción. La traducción de Mondadori se hizo en base a una edición de Guerra y paz publicada hace unos años para revender la novela pero es una edición que no se hizo a partir del texto canónico, incluso tiene otro final. La edición de Mario Muchnik contiene unos anexos con un índice de todos los personajes que aparecen en la novela, un índice que desglosa el contenido de cada capítulo y otro apéndice con la traducción de todos los fragmentos que en el original aparecen en francés.
CIRCE. UNA HEROÍNA. UNA HECHICERA. UNA MUJER QUE ENCUENTRA SU PODER. CAERÁS BAJO SU HECHIZO. En el palacio de Helios, dios del sol y el más poderoso de los titanes, nace una niña. Pero Circe es una niña rara: carece de los poderes de su padre y de la agresiva capacidad de seducción de su madre. Cuando acude al mundo de los mortales en busca de compañía, descubre que sí posee un poder, el poder de la brujería, con el que puede transformar a sus rivales en monstruos y amenazar a los mismísimos dioses. Temeroso, Zeus la destierra a una isla desierta, donde Circe perfecciona sus oscuras artes, doma bestias salvajes y se va topando con numerosas figuras célebres de la mitología griega: desde el Minotauro a Dédalo y su desventurado hijo Ícaro, la asesina Medea y, por supuesto, el astuto Odiseo. Pero también la acecha el peligro, y Circe concita, sin saberlo, la ira tanto de los humanos como de los dioses, por lo que acaba teniendo que enfrentarse con uno de los olímpicos más imponentes y vengativos. Para proteger aquello que ama, Circe deberá hacer acopio de todas sus fuerzas y decidir, de una vez por todas, si pertenece al mundo en el que ha nacido o al mundo mortal que ha llegado a amar. Repleta de personajes de una intensidad inolvidable, con un estilo cautivador y un suspense apasionante, "Circe" es todo un logro narrativo, una embriagadora épica de las rivalidades familiares, las intrigas palaciegas, el amor y la pérdida, así como una celebración de una fuerza femenina indómita en un mundo de hombres. Reseñas: "Una historia desgarradora e impredecible. Su visión feminista de los acontecimientos en modo alguno altera su forma original, sino que pone de relieve detalles en los que no nos habíamos fijado antes." The Washington Post
En El dolor de Dios. Inversiones del Apocalipsis, el brillante teórico marxista Slavoj Zižek y el teólogo radical Boris Gunjević no nos ofrecen un texto religioso, sino una investigación crítica, una obra de fe no en Dios, sino en la inteligencia humana. Con su fervor contagioso y su talento para las conexiones inusitadas, Äižek pone a prueba el supuesto ateísmo de Occidente y se plantea la desconcertante posibilidad de la existencia de un Dios todopoderoso que sufre y reza. Recogiendo el guante lanzado por Äižek, Gunjević hace un llamamiento revolucionario a la creación de una teología capaz de acabar con la astuta «esclavización del deseo» impuesta por el capitalismo. Valiéndose de ejemplos elocuentes y empleando una lógica penetrante, Äižek y Gunjević convocan a pensadores que van desde San Agustín hasta Lacan, y abordan cuestiones que abarcan desde la ética cristiana frente a la ética «pagana» hasta la «lucha de clases» en el Corán y el papel de los sexos en el Islam. Examinan y diseccionan la fe hoy, y sacuden los cimientos de las tradiciones monoteístas.
En esta tercera entrega del quinteto narrativo que abre «A la sombra del granado» (L 5635) y continúa «El libro de Saladino» (L 5650), dedicado a novelar la historia del mundo musulmán en sus momentos más críticos de conflicto con Occidente, TARIQ ALI pinta la irreversible decadencia del Imperio Otomano en los años previos a la Primera Guerra Mundial. Recuperando el estilo más intimista empleado en la novela dedicada a la caída de Granada, Ali refleja en LA MUJER DE PIEDRA los anhelos, pasiones y conflictos que bullen en el seno de la aristocrática e influyente familia de Iskander Bajá, que, tras cinco siglos al servicio del Imperio, comienza a mostrar claros signos de declive y resquebrajamiento, en simbólico reflejo de la agonía de un gigante víctima tanto del acoso de las grandes potencias occidentales como de su propio debilitamiento interno.
En la pequeña localidad de Manisa, en la parte occidental de Anatolia, un niño es criado por sus abuelos tras la muerte en accidente de su padre y el alejamiento de su madre. El abuelo, mutilado de guerra, es un hombre de una gran fe e intenta educar a su único nieto en los principios del Islam. Según va creciendo, su imaginario se va conformando entre los versículos coránicos que le enseña el abuelo y los cuentos y leyendas que le narra la abuela. Imaginario que comparte y se enriquece con sus amigos del barrio, especialmente con el hijo de unos emigrantes balcánicos, Ismaíl, quien le descubre otros mundos. Va haciéndose su propia composición del bien y del mal, de la vida del profeta Mahoma..., hasta que ya adulto descubrirá el cuaderno de notas de su abuelo, ofi cial jurídico otomano en la península arábiga durante la Primera Guerra Mundial, en el que relata su defensa de la villa santa de Medina y el drama de tener que combatir contra otros musulmanes, otros hermanos en la fe, los árabes que se habían aliado a los británicos. Las hijas de Alá es una novela de aprendizaje y, al mismo tiempo, un fresco sobre los orígenes de la historia islámica y una magnífica inmersión en una Turquía que se debate entre la tradición y la modernidad.